sábado, 21 de febrero de 2015

Insomnio y algo más...


Nuevamente mi cuerpo se encuentra en alerta, una vez más el dolor en el pecho se siente ( pero esta vez, no es dolor, es rebozo, algarabía)el corazón quiere romper la caja torácica que lo contiene, tiene mucho para hacer y no acepta limitaciones.
Palpitaciones, imagenes, todo esta por venir, no es abrumador, es un deseo tan intenso que produce una cierta calma, pero que sólo puede lograrse al gastar toda la adrenalina que se ha generado.
Pienso, imagino, palpito, toco. Estoy acá, pero estoy allá.
Siento, percibo, toco. Estoy acá, pero estoy allá.
Percibo, me emociono, comparto. Estoy acá, ya lo sé; pero también estoy allá.
Porque este acá se funde con ese allá; son uno sólo; soy una sola.
Y el allá se hace más tangible, y el acá tan remoto.
Me emociono y lloro, ahora no sé en dónde estoy, allá o acá. No importa la emoción es la misma; lágrimas de alegría por haberlo logrado, llegué hasta acá y la utopía se mueve un poco más. Para poder darme una margen más amplio de acción.
Y el miedo desaparece, pero no magicamente. Lo hace porque entendí que hay cosas más importantes que el miedo.  
Y la bronca se trasnforma en enojo, en una alerta. Una luz que parpadea por un tiempo y luego de cumplir con la función de avisar se apaga. Eso también es parte del viaje, queda atrás.
Y vuelvo a estar allá colmada de alegría, de nervios, de sensaciones encontradas, de nudos en la garganta, de lágrimas de tristeza, y tiemblo y me calmo y el corazón galopa muy fuerte, quiere escaparce; y me calmo y disfruto.
Y todo pasa rápido y vuelvo acá, pero con ganas que el allá llegue pronto. Me gustó mucho estar. Quiero volver a ese allá, muy pronto, transformado en acá.
Vivo mi futuro como un presente, ya se terminó de consumir la adrenalina de la previa. Y viene la calma. Y todo se acomoda.
Respiro, levanto la mirada. Soy feliz. Estoy feliz. Felicidad.